domingo, 16 de diciembre de 2007

El sábado de un hincha de fútbol

Acá el amigo hincha del barrio de de Agronomía me dejó unas líneas para hablar de los tablones sabatinos tan dejados de lado por la arrogancia de primera división. Y el que está en desacuerdo no tiene razón: ¿Qué es de un barrio sin el club de fútbol? Porque Saavedra sería una mierda si no es por Platense, Mataderos sería un mero lugar de frigoríficos sin Nueva Chicago, Floresta sería un rejunte de gitanos, stones y fisuras sin All Boys, en La Matanza no habría diversión sin Almirante o Laferrere y así podemos nombrar a todos los barrios. Y en el ascenso esto se evidencia mucho más.¿A un hincha de Victoriano Arenas le jode ir hasta Campana para ver a su equipo jugar contra Puerto Nuevo? Sí, sin lugar a dudas. Pero el tipo va a sabiendas que va a ser un partido de mierda, que no van a ser más de 80 personas y que va a desperdiciar todo un sábado (de los únicos días de descanso para muchos). Pero perdón, dije desperdiciar? Grave error, eso es lo que piensa el ciudadano pulcro intelectual, el plateísta de la A y los modernos de música electrónica. Para muchos el club es mucho y sábado tras sábado lo demuestran haciendo viajes inhóspitos, juntando las monedas que puede, jugando con quien sea, sintiéndose parte de algo, de un folklore, de una barriada, de un único código, de la solidaridad que produce ver a un tipo extraño con la casaca de tu club, con pasión.
Es así, los sábados son así y de otra manera (salvando excepciones) no pueden ser. Gente enfiestada, cantando, saltando, gritando, pasándola bien. Porque acá se habla mucho de la violencia, se trata de polemizar al hincha del ascenso, se trata de fundir al club pero nadie habla de la fiesta que nos encontramos cada sábado del año. Nadie habla de la previa, el partido y el tercer tiempo. Nadie habla de los pijazos de distancia que se tiene que comer el hincha. Nadie habla de las cotidianas grescas con la policía en las estaciones de tren, en la ruta o en las adyacencias del estadio. Nadie habla de lo que no es redituable para la prensa. Pero es un error no saberlo y este papel de este pasquín independiente es una herramienta para que lo conozcan, para que conozcan el sábado de un hincha de fútbol.
Hablar de más es algo cotidiano en estos tiempos pero tratar de aclarar y hacer entender es algo que no se hace muy seguido. Bueno, es lo que trato que pase en este pasquín.

En la cancha se ven los pingos. N°9. Mayo 2007

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